viernes, 14 de agosto de 2009

Poema de Gonzalo Rojas (chile 1917)

Enigma de la deseosa
Muchacha imperfecta busca hombre imperfecto
de 32, exige lectura
de Ovidio, ofrece: a) dos pechos de paloma,
b) toda su piel liviana para los besos, c) mirada
verde para desafiar el infortunio
de las tormentas;
no va a las casas
ni tiene teléfono, acepta
imantación por pensamiento. No es Venus;
tiene la voracidad de Venus.

Gonzalo Rojas : Cinco Visiones, Ed. Universidad de Salamanca, Salamanca, 1992)

Las dos caras de eros

Hablar de erotismo es complejo, la palabra en sí, nos remite a dos visiones totalmente opuestas. Por un lado, el erotismo es asociado con lo prohibido, lo sucio, lo cual genera miedo, vergüenza o rechazo.
Por otro, hablar de erotismo es un intento de juntarse al infinito, de acercarse a un éxtasis casi sagrado, un descubrimiento de mí a través del otro y viceversa, sed de otredad, fusión mutua de los cuerpos, la petit morte.
¿Por qué una palabra puede generar significados tan contrarios? ¿ha sido mal entendido el erotismo? o ¿será que se está mezclando con términos como sexualidad, pornografía y amor?
Octavio Paz nos respondería: "no es extraña la confusión: sexo, erotismo y amor son aspectos del mismo fenómeno, manifestaciones de lo que llamamos vida"
Para explicarlo, en su libro la Llama doble, Paz crea una maravillosa metáfora:
"Según el Diccionario de Autoridades la llama es -la parte más sutil del fuego, que se eleva y levanta a lo alto en figura piramidal..-
El fuego original y primordial, la sexualidad, levanta la llama roja del erotismo y ésta alza otra llama, azul y trémula: la del amor. Erotismo y amor: la llama doble de la vida."